La pandemia ha cambiado completamente la economía de todo el mundo. Esta nueva economía depende de poderes ejecutivos mucho mas tolerantes, por ende el sistema tributario y el crecimiento económico deben equilibrarse de modo que se pueda sobrevivir al peor impacto y a la vez sostener un Estado sólido que pueda proveer a los más vulnerables.
Las transacciones están virando hacia la tecnología, produciendo un impacto financiero en empresas y mercados que quieren protagonizar el papel de novedosos personajes principales de una reactivación económica. Por tanto, es importante ingeniar una carga tributaria equitativa que se adecue a la realidad actual y encare tanto la tecnología que requieren principios tributarios de carácter mundial actualizados a la realidad del entorno tecnológico, munidos de la equidad suficiente para considerarse innovadores ambos, en beneficio de una nación abierta a la genialidad humana y cumplir, a su vez con la Constitución Política del Estado, protegiendo los derechos de los contribuyentes con un representante del ejecutivo que administre de manera científicamente extraordinaria los ingresos tributarios adquiridos por prestaciones tanto privadas como públicas, comenzando por definir estrategias originadas en políticas fiscales que puedan llevar a un indulto fiscal oficial de salvación económica frente a una altísima mora tributaria impagable para la mayoría, que en Bolivia deviene de anteriores gobiernos sin visión fiscal, ni lógica , pero que el COVID19 ha destapado como despertando a todo el país.
La noble finalidad de facilitar la provisión urgente de condiciones de salud está actualizando a Bolivia como por milagro, muy a pesar de las deficiencias, introduciendo sistemas que Bolivia jamás habría instalado con ninguno de aquellos gobiernos desprovistos de perspectivas de verdadero beneficio para la nación.
De igual modo, la educación del Mundo Pasado ha dejado en la sepultura a los viejos paradigmas de aprendizaje, modelos de enseñanza y la falta evidente de provisión de suficiencias que a nuestros niños hizo falta y todavía no existe en demasiados lugares. O hemos avanzado un mundo en las ciudades… o se estancaron en el siglo 19 en el ámbito rural. Los ciudadanos más vulnerables han decidido dar un salto cualitativo y entrar en la vena del aprendizaje y la supervivencia, todas actividades que demandan un urgente equilibrio en la aplicación tanto de impuestos progresivos como regresivos.
El Sistema Tributario por si mismo tiene un papel subordinado a una estructura de gasto público que debe imponer impuestos sobre el comercio electrónico, la economía digital, el cambio de hábitos a pesar de una producción, industrial endeble, debilitada, donde se está dando cada vez más un abandono de presencia física de operarios por una mecanización cada vez más automática, y mucho más eficiente, que constituye un riesgo para el empleado tradicional que aún se desenvuelve en un método victoriano de producción.
El diseño y fortaleza del Sistema Tributario condicionan tanto la capacidad de mirar al frente, hacia el futuro si el Estado lo hace posible y se hace uno con su pueblo instrumentando políticas fiscales que miren hacia adelante, borrando cadenas, quitando prisiones fiscales que lo dejen respirar. Ante el análisis de las fuentes tanto del capital como del trabajo y el uso que se le dará al esfuerzo de sus brazos y la expansión de su propia inteligencia, podrán insumir consumo igual que ahorro si aún su derrota económica es revertida a ser, por una vez, una fortaleza, por medio de un indulto que le devuelva la capacidad de salir adelante en un mundo totalmente nuevo, en el que ninguno de nosotros ha vivido jamás, aunque las calles sigan ahí y los edificios sigan en su puesto. Somos nosotros los que hemos cambiado. Los sobrevivientes podremos llevar nuestra renta y su transferencia para convertirse en riqueza, herencias, abundancias y donaciones que ahora sí, en agradecimiento a un Estado inteligente que le supo dar la oportunidad, podrá ser recompensada con un tributo digno de su fuerza e imaginación.
Los distintos mecanismos formales de organización de la actividad económica (emprendimientos, trabajo tanto dependiente como independiente) podrán darse por restaurados e impulsados en lugar de buscar emigrar a países que se mostrarán como paraísos fiscales tras la debacle venidera, y esas mismas fuerzas productivas sentirán que la migración y los nuevos horizontes se hallan en nuestra propia tierra. Ningún país extranjero parecerá más apto o más sabio que nosotros.
Por tanto, para plantear modificaciones resulta inevitable tomar por las astas el sistema impositivo vigente en el país, con impuestos que ahora sí promoverán decididamente empresa y mucho crecimiento. Nuestro Nuevo Mundo es un orden que demanda identificar, no sólo ajustes necesarios sino desestimar castigos impositivos multiplicados sobre una dimensión técnico-tributaria, orientada sólo hacia una supresión, modificación o creación de Tributos. Hace falta un primer paso de restauración de contribuyentes. Y eso no se logrará por efectos punitivos.
En próximas entregas vamos a hablar sobre sugerencias y recomendaciones respecto a la modificación y/o supresión de los impuestos y regímenes especiales en actual vigencia.
Publicado por José Luis Olmos | Socio de Auditools S.R.L | A través de su LinkedIn